Espartinas (Sevilla). 2003
El diseño del pabellón responde, además de los criterios de funcionalidad, a un concepto de la estética lo más abstracto posible. Así se proyecta un gran contenedor en un material masivo como es el ladrillo visto, rematado por una corona iluminada traslúcida de color blanco. Hemos pretendido que una gran caja, forrada con sólo dos materiales en proporciones adecuadas (masividad frente a fragilidad, ladrillo visto blanco frente a metacrilato blanco), sea contenedor tanto en su sentido literal del programa como en su sentido metafórico del sentimiento deportivo. Este gran prisma de formas puras y absolutamente abstracto únicamente se rompe en su lado norte por el volumen añadido de la crujía funcional y que cambia la escala hacia la zona de las pistas deportivas. Tres cajas metálicas salientes y horadadas hacia su interior en madera son reclamo de los accesos al contenedor. Grandes letras traslúcidas en la fachada principal tras la linterna de coronación llaman la atención del peatón y le dan al edificio el carácter de edificio público que debe tener.